Hemos empezado a estudiar la música desde un punto de vista matemático.

     Bajo ese punto de vista nos preguntamos: ¿Cómo se produce la música que escuchamos? ¿Por qué sus sonidos nos resultan agradables?

        La primera pregunta, tiene mucho que ver con la ciencia y la tecnología. La segunda, es en realidad la más difícil, porque entran muchos factores subjetivos ya que a todos no nos gusta la misma música. 

      Intentemos entender lo más simple

           Desde el punto de vista matemático, el sonido se compone de pequeñas variaciones en la presión del aire que nos rodea. El sonido viaja desde su fuente, sea una voz, un ruido o un instrumento musical, en forma de una onda que se propaga por el aire. No cualquier variación de presión repetida se escucha como sonido.

            Decimos que un sonido tiene una determinada frecuencia que viene a ser la cantidad de veces que varía la presión en un segundo. Se usa una unidad de medida, el Hertz, que indica cuántas veces por segundo vibra la presión. 

          En música se fija la frecuencia de la nota musical LA en 440 Hertz y se fija como patrón, el que se usa para ajustar la nota de todos los instrumentos. Se llama a esta nota musical el LA 440 porque, justamente, lo produce algo que vibra 440 veces por segundo.

        Vamos a estudiar como conseguir que los instrumentos que vamos a fabricar produzcan vibraciones con las frecuencias que queremos y para ello a los alumnos les damos una ficha con las notas musicales y sus correspondientes frecuencias.